lunes, octubre 11, 2010

Escuela de Mou

El pasado domingo el Barça volvió a ceder dos puntos en el Camp Nou. El rival; el Mallorca, un equipo que no destaca precisamente por conseguir grandes resultados a domicilio.

Pero ha llegado un momento en que lo más importante no es el rival con el que se enfrenta el equipo de Guardiola, sino el número de jugadores que va a acumular en la zona defensiva. Y es que empiezan a ser un clásico los entramados ultradefensivos que recibe el Barça por parte de los equipos rivales, especialmente cuando juega en casa. Y lo peor de todo es que este estilo de juego se le atraganta más de la cuenta a los azulgrana. Casualidades de la vida, creo que fue un viejo “amigo” de la casa, José Mourinho, quién puso de moda el “autobús” para detener el futbol total de los Messi, Xavi, Iniesta y compañía. Fue el año pasado , en la vuelta de las semifinales de la Champions, cuando el ex técnico del Inter renunció descaradamente al ataque y formó una telaraña defensiva que fue casi infranqueable para los azulgrana, pese a jugar buena parte del choque con un jugador más. Con eso no quiero decir ni mucho menos que Mourinho descubriese la sopa de ajo, porque el Inter no era el primer equipo que esperaba a los de Guardiola con acumulación de jugadores en defensa. Pero sí que es cierto que era la primera vez que veía a un equipo renunciando tan categóricamente a la pelota como aquel Inter de Mou. Hasta el punto que en muchas ocasiones el portero Julio César rechazaba la pelota directamente fuera de banda, sin mostrar ni la más mínima intención de buscar un compañero para iniciar una jugada. Aquel Inter se rindió a la evidencia. El equipo italiano era consciente que la única forma de parar al Barça era dedicándose única y exclusivamente a destruir su juego, y no tanto a construir el propio.

Muchas veces me imagino qué pasaría si los culers, acostumbrados al juego espectacular y vistoso que nos brindan nuestros jugadores día sí día también, viesen al mismo equipo ofrecer el espectáculo deplorable que ofreció el Inter aquel día. Pero en fin,...la única realidad es que los italianos acabaron adjudicándose la Champions.

El Barça de Guardiola nos ha regalado noches de futbol total, noches que probablemente la mayoría de aficiones del resto de equipos del mundo no podrán ver jamás. Pero también es cierto que en los pocos partidos que llevamos de temporada, conjuntos muy inferiores como el Hércules, el Rubin Kazan o el Mallorca han sacado algo positivo de sus enfrentamientos con los azulgrana. Y peor aún, han dado luz, con sus estrategias ultradefensivas y organizadas, a los futuros rivales de los de Guardiola.

Queda claro pues que Pep debe encontrar soluciones. Alguien duda que lo conseguirá?

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